Se erige en la barriada extramuros del mismo nombre, arrabal medieval habitado por cristianos, dedicados a la agricultura y pastoreo, y por un numeroso contingente de mudéjares. Dentro del románico tardío abulense, se levanta, en granito "caleño", entre la segunda mitad del S.XII y principios del S.XIII. De aquella fábrica primigenia restaría la cabecera y las portadas.
Los tres accesos son en arco de medio punto con arquivoltas. El septentrional es el más ornado, a base de tacos, palmetas y hojas de hiedra, muy al uso de las iglesias románicas zamoranas. Los capiteles de las arquivoltas contienen decoración vegetal.
La torre se adosa a la cabecera por el Norte, dividiéndose en tres cuerpos y diferenciándose dos momentos constructivos. En el basamento se reutilizó una escultura zoomorfa vettona.
Se articula en tres naves que culminan en un ábside de gran desarrollo la central y en capillas rectangulares las laterales. Excepto en la cabecera, el templo fue cubierto con yeserías barrocas en el S.XVII.
Declarada Monumento Nacional en 1980.